lunes, 23 de marzo de 2015

Cerrado por cuarentena

Llevamos unas semanitas que "ni pa qué". Mi familia ha sido atacada por una banda de virus maliciosos, que tienen k.o. a los peques de la casa.

Todo comenzó cuando Terremoto llegó un día de la guarde, con el cuerpo que parecía que le habían hecho el gotelé. Ante la situación, los papis "terremoteros" decidieron llevarlo al pediatra y....confirmado, era VARICELA.

En esos momentos se activaron todas las alarmas familiares, para ver quién la había tenido antes y quién no, cruzando todos los dedos por no ser el próximo elegido en ir decorado a lo traje de flamenca.

Y nada, ahí la pasó el pobre, con más pena que gloria, rascándose más que un monito con chinches. Pero eso sí, aún así llevando por bandera el nombre que tan merecidamente se ha ganado: TERREMOTO!!!!. No hay virus que pueda con su incansable actividad.

Bueno, pues pasaron los días y cuando todo parecía haberse terminado y el peque volvió a estar "casi lisito", aparecen las temibles burbujitas en el cuerpo de Campanilla.. Socorrooooo, se están expandiendo los "virukis"!!!!. Pero claro, ella, ante la noticia, en vez de sentirse mal, se lo tomó como si le hubiésemos dicho que esa misma tarde íbamos a llevarla a Eurodisney. Daba saltos de alegría de saber que por unos días no iba a ir al cole. Afortunadamente, en ella fue poca cosa. Está claro que la niña es muy lista y decidió coger sólo los suficientes virus para no ir a clase, pero sin llegar a pasarlo mal.

Tras esos días de aislamiento y cuando estábamos ya tranquilos con que se quedaría todo ahí, a Terremoto no le pareció suficiente y decidió agasajarnos con otra plaga, ahora de GASTROENTERITIS (por variar un poquito, más que nada) y claro, Campanilla que siempre ha sido muy de querer todo lo del primo y viceversa, pues no se iba a quedar sin pillar unos cuantos de estos, dando lugar a interminables y terroríficas escenas a lo Regan MacNeil en el Exorcista, dejándola sin ganas de sus constantes aleteos diarios y con un blanco fantasmagórico en su rostro, que daba pena verla.

Y para qué dejarlo ahí?. Nooooo, hay más!!!!. A ver, Terremoto "virucoso", Campanilla "virucosa".... creéis entonces que la "Pequeña Boo" (mi otra sobri) se conformaría así, sin recibir los mismos "regalines" que sus primos?. De eso nada!!!!. Ayer mismo decidió ella también hacerse propietaria de unos cuantos bichitos gastroinstestinales (que se ve que por los de la varicela tampoco se ha interesado mucho, afortunadamente) y protagonizar así sus impactantes escenas a dos bandas, ante el "regocijo" de sus papis, los cuales han tenido que gastar medio sueldo en papel higiénico y ambientadores de pino.

Si es que claro, tanto decirles a los niños que hay que compartir.....Después nos quejamos que no nos hacen caso. Para una vez que son obedientes.....

En resumen, pues que os voy a contar, que estamos CERRADOS POR CUARENTENA




viernes, 13 de marzo de 2015

Cómo hemos cambiado!!!! - 2ª parte

Segundo capítulo. Continuamos!!!, jeje

3 - Yo era....María Potinguitos: Nombre implantado por mi madre, porque tenía la casa inundada de botes de cremas, desmaquillantes, exfoliantes....Todo un arsenal!!!. Y lo mejor y más raro es que....LOS USABA!!!. Sí, sí, totalmente cierto. Yo tenía mi ritual diario de dedicación "cremil" y mi piel lucía suave y tersa como la piel de un bebé.

Ahora.... Pues sigo teniendo un arsenal, pero de los sobrantes del año de la catapúm, lo mismo algunos ya hasta caducados. Ahí están también, junto al libro, cogiendo polvo y abandonados, muertos del asco.

Ahora mi momento de dedicación "bellecil" se resume en tres botes: Agua miscelar para desmaquillarme (descubierto tras nacer la niña, para facilitarme la limpieza facial en un mínimo de tiempo. Vamos, que dos pasadas con un algodón y listo). Hidratante antiarrugas (que una ya tiene sus añitos y el estrés y el no dormir están haciendo ya mellas en mi cara). Y una Hidratante para la ducha (sí, de las que te echas cuando te estás bañando y luego te enjuagas. Vamos, el colmo de la flojera). Y es que claro, o es ésta última, o tener que lidiar con Campanilla mientras me echo la crema "normal", refregándome las manos llenas de plastilina por las pantorrillas, para según ella ayudarme a untarme el potingue.

Y vamos, el caso es que ni la de la ducha me la echo diariamente. Sólo lo hago cuando veo que tengo las piernas como un lagarto en plena muda de piel (o eran las serpientes?) y no me queda otra que o echármela o estar rascándome todo el día como un mono de lo que pica la piel reseca y escamosa.



4 - Yo era....Asidua a las tiendas de ropa: Y es que salir a comprar "trapitos" me encantaba y el volver cargada de bolsas, más aún

Ahora.... Yo no sé ni cuánto hace que no piso un probador. Y es que ponerte a probarte ropa con Campanilla danzando y haciendo postureos delante del espejo, dentro de un cubículo en el que casi no cabes ni tú....no, no es muy agradable, no. Porque por muchas vueltas que des para verte como te queda la prenda, se hace imposible con un cuerpecito de menos de un metro de alto, haciendo de obstáculo visual entre el espejo y tu persona. Y eso si no acabas con una patada en la espinilla producida por los bailoteos de tu hija en un espacio tan pequeño o con un esguince cervical por intentar levantar los brazos para meterte el chaleco mientras sujetas la cortinilla que la niña mueve cada dos por tres, dejando tus gracias a la vista de todo el mundo.

O vas sola, lo que significa un par de horas más de taquicardias para la bendita abuela, mientras hace de niñera o es reciclar todo lo que tienes en el armario de tus años no maternales o de lo que va desechando tu queridísima hermana del suyo, temporada tras temporada (ummm, por cierto, hablando de ti, que sé que me lees, a ver si vas haciendo un expurgo de trapitos que no usas y me los vas pasando ya y no fuera de estación, como haces siempre, grrrr).

Ains, como hemos cambiado!!!. Con lo que yo eraaaaa!!!!


jueves, 12 de marzo de 2015

Cómo hemos cambiado!!!! - 1ª parte

Hoy no he dormido nada bien, algo que viene siendo habitual ya en mi día a día (o mejor dicho, noches). Desde que nació Campanilla, el chip del sueño se me ha atrofiado y he pasado de dormir toda una noche seguida, a hacerlo a trompicones. Y esto me ha hecho darme cuenta en como puede llegar a cambiar la vida de una persona cuando se convierte en mamá.

Y claro, como he tenido tiempo de sobra para darle vueltas a la cabeza durante mis largas horas de insomnio, he podido comprobar la diferencia de lo que yo era a lo que soy actualmente (dícese mi cambio en 4 años).

1 - Yo era....Ratona de Biblioteca: Desde siempre he sido una lectora casi compulsiva y una amante de la lectura. Era raro no verme siempre con un libro en cualquier rincón y a cualquier hora del día. Más que leérmelos, parecía que me los bebía y a veces hasta de dos en dos.

Me encantaba imaginarme que era esa princesa medieval, encerrada en una torre, a la que venía a rescatar de su cautiverio un apuesto y valiente caballero, montado en su blanco corcel. O la protagonista de una novela romántica, a la cual venía a buscar su amado con un hermoso ramo de tulipanes, a una isla perdida del sur de Italia (por decir algún sitio), dónde me dedicaba a pintar de manera melancólica cuadros de paisajes floreados (después me pregunto de dónde ha sácalo la niña la imaginación que tiene y sus gustos principescos). Leyendo he llegado a "ser" detective, heroína, abogada, reina mora, superviviente de un naufragio y un largo etc. Me encantaba salir de mi mundo y meterme en uno distinto, aunque fuera sólo imaginario.

Y ahora... pues he pasado de leerme desde un libro a la semana a llevarme con uno hasta....varios meses!!!!. Sí, sí, meseeeesssss!!!. Hace un tiempo me compré el libro de "La mujer que leía demasiado" (fijaros ahora la incongruencia del título con mi estado actual), de "Bahiyyih Nakhjavani" (ufff, afortunadamente no tengo que pronunciar en alto el nombre del autor). Pues nada, me leí el primer capítulo y ahí está, cogiendo polvo el pobrecillo en la estantería. Y no es porque no me guste, eh?, que tampoco puedo opinar de él con lo poco que he leído y encima, esas poquitas hojas, lo hice pegando cabezadas y pensando en qué iba a hacer de comer al día siguiente. Lo que pasa es que estoy tan cansada al final del día, que en cuanto la niña cae en su sueño de Morfeo, yo voy detrás.

Eso sí, cuentos infantiles, todos los días, ya que Campanilla ha salido a mamá con su gusto por los libros y como aún no sabe leer...pues me toca a mí hacerlo para ella. Ahora devoro páginas de Cenicienta, Blancanieves, La brujita Malvadita, Cuentos para dormir y los libros que trae del cole semanalmente (a lo cual le dedicaré un post otro día). Bueno algo es algo, no?



2 - Era....Dormilona: Vamos, lo que se ha llamado toda la vida, ser una marmota. Yo era capaz de dormir horas y horas seguidas, sin que me molestara ni el que pasara la Banda Municipal por la puerta de mi casa a platillazos y tamborilazos limpios. Me podía quedar dormida hasta de pie en cualquier esquina y lo mejor de todo, sin caerme, jeje, ahí, como una estaca.

Ahora... De ser marmota he pasado a ser un búho. Insomne de noche y con los ojos abiertos de par en par como dos faros. Sólo me queda darle vueltas a la cabeza en 360º, a lo niña del exorcista. Y sí, es que por muy cansada que esté, es raro que no me despierte cada una o dos horas y luego me cueste dormirme de nuevo. Y claro, a la mañana siguiente, pues me tenéis a lo The Walking Dead, dándome brochazos de maquillaje a diestro y siniestro, intentando subirle un par de tonos de color, aunque sea, a mi piel blanquecina y haciendo lo imposible por disimular las ojeras de oso panda antes de que Campanilla se levante.

Seguimos en otro post, que al final esto se está haciendo más largo que el Quijote!!!!. Es que como me den cuerda.....

miércoles, 11 de marzo de 2015

Miércoles Mudo (1): Campanilla

Hoy me estreno en "Miércoles Mudo" y qué mejor manera de hacerlo, que con la foto de Campanilla, muñequita a la que le debe su apodo la protagonista indiscutible de mi blog y de mi vida.







domingo, 8 de marzo de 2015

Campanilla Tal Cual (1) - Presumida.

Está claro que todos tenemos virtudes y defectos y mi hija no iba a ser distinta al resto del mundo. Post a post vamos a ir conociendo a Campanilla Tal Cual es. Comenzamos!!!!!.

Pues sí, tal y como dice el título, Campanilla nos ha salido presumida. Es ver un espejo y ponerse delante a hacer toda clase de postureos y a dar melenazos  de un lado a otro como si fuera la protagonista de un anuncio de L'oreal. Está claro que `porque ella lo vale`.

A Campanilla le gusta tener el pelo largo, larguísimo, a lo Rapunzel, aunque tuviera que ir arrastrándolo por el suelo al estilo mopa. Y si es llevarlo suelto, mejor que mejor. Y que queréis que os diga, como mis dotes de peluquería son igual que los de cantante, pésimos, tampoco es que luche mucho con ella en eso. Si quiere llevarlos a su libre albedrío, le planto una diadema y peinado solucionado.

Sí es verdad que muchas veces me lo propongo y me meto a hacerle algo `más complicado y elaborado`, como trenzas o coletas, momentos en los que me echo a temblar, ya que entre mi poca maña con el peine y la propensión de Campanilla a no estarse quieta..... Al final acabamos sacándola a la calle llena de bollorrios y con multitud de horquillas, intentando disimular el tremendo desaguijado.

La colección de colonias de Campanilla es mayor que la mía y es que la moza no puede salir de casa sin ir `encoloniada` de pies a cabeza. Y como todo el mundo sabe de su pasión por ellas, es regalo seguro en cumples, santos y Reyes Magos. Tiene de todo tipo: Frozen, Peppa Pig, Princesas Disney, Mickey e Minnie.....y no contenta con eso, cada vez que vamos a un supermercado o centro comercial, tenemos que pasar sí o sí por la sección de perfumería y rociarle por encima la diversa colección de probadores de la sección infantil, saliendo la niña por la puerta con un halo dulzón y penetrante que echa para atrás.



Y bueno, bueno, bueno, si hablamos de maquillaje...... Si ella pudiera, saldría de casa todos los días pintada como una puerta. El año pasado, los Reyes Magos le regalaron unas barritas de labio súper monas de las Princesas Disney, de las cuales, si queda una viva, es un milagro. Es ver que vamos a salir y ya va corriendo al baño a coger su neceser de Hello Kitty y embadurnarse los morros (dícese de labios, bigote y barbilla) con cualquiera de las barritas, que más que Campanilla, parece Carmen de Mairena. Y las uñas, por supuesto, si pueden ser de color rosa chicle chillón, mejor que mejor. Contra más se vean, más les gusta. Los colores claritos y pasteles los deja para su madre, claro está.

(Imagen retrospectiva. Creo que ya la única viva es la de la Bella Durmiente).

En cuanto a la ropa, a la peque le encanta todo lo que lleve plasmado princesas, hadas y congéneres de las mismas y si es de color rosa, mejor que mejor. El rosa es su color favorito porque según ella es el color de las Princesas (cosa que sinceramente no entiendo, porque sólo conozco una princesa Disney vestida de rosa, que es la Bella Durmiente). Pero bueno, ella lo cree así y ya está. Para qué vamos a quitarle la ilusión!!!!.

Aún recuerdo la genial idea que tuvo su papi una vez, de comprarle una revista donde venían unos zapatitos de plástico de Cenicienta, descubiertos por detrás, estilo chanclas, los cuales ella, por supuesto, recibió con mucho entusiasmo y emoción. Te la podías ver por el pasillo con ellos, arriba y abajo, dando bandazos y traspiés, con cada chancla para un lado, jugándose el tipo a lo Pasarela Cibeles. Ante el peligro de cualquier desgracia, en un descuido de ella, conseguí esconder los dichosos zapatos en el fondo de un baúl, de donde nunca, nunca más, volverán a salir.



No dejo de pensar, que si esto es con sólo 4 años, qué será con unos cuántos más?. Miedo me da!!!!

jueves, 5 de marzo de 2015

Desde que llegaste sólo vivo cantando....

Desde que Campanilla nació, mis gustos musicales cambiaron totalmente, más bien forzada que por propia voluntad.

Pasé de ir escuchando en el coche grupos tan inigualables como Nirvana, Guns and Roses, Aerosmith, Evanescence, Queen..... a zamparme de punta a cabo las martilleantes canciones de los Cantajuegos, CD tras CD, uno tras otro, con resignación y paciencia (y ya van por el décimo, así que imaginaros cuantas horas seguidas).

Un día, organizando el cajón de los desastres, el cual abres y pueden aparecer objetos hasta del Pleistoceno (reconoced que todos tenemos un cajoncito de estos en casa, a que sí?, jijiji), encontré dos CD arrinconados y olvidados de la época de guarde de Campanilla. Ni corta ni perezosa, me aventuré a ponérselos a la niña, para ver si conseguía desbancar a los chicos del peto vaquero.

Y....atención..... tenemos nueva banda sonora diaria!!!!. Desde ese día, pasó a formar parte de nuestras vidas (y trayectos en coche).......PAPAPAPÚ!!!!. Uffff y yo me quejaba de Cantajuegos!!!!


Ahora hemos abandonado ya los incansables e interminables Chuchuwuá, Payaso Tallarín, La Mané, Taza, Tetera y resto de utensilios de cocina.....para adentrarnos juntas en el maravilloso mundo del Tren de las Estaciones, A la vaca Paca le gusta cantar, El autobús de Pi y Pa y una gran colección de "temazos" machacantes y pegajosos, que no sabrás si querer volver al Chuchuwuá o directamente tirar la radio por la ventanilla y luego fingir que un depravado maleante nos la ha robado y nos ha privado de esas "encantadoras melodías".

Necesito buscar nuevas opciones, porque entre el Let It Go, La tetera y La Vaca Paca, me voy a volver locaaaaaa (sí, más todavía)

martes, 3 de marzo de 2015

Día de chicas.

A las puertas del mes de marzo, empieza a notarse ya el calorcito en mi tierra. Y este fin de semana ha sido uno de esos, en los que brilla el sol y te apetece salir al aire libre a tomar un poco de vitamina D.

Ya es sabido que la vitamina D es muy importante para nuestro cuerpo, ya que ayuda a la absorción del calcio y del magnesio en los huesos, fortaleciéndolos y evitando la temible osteoporosis. Esta vitamina también es importante para el funcionamiento de los músculos, además de tener otros múltiples beneficios. Así que ya sabéis, hay que salir a tomar el solecito, siempre con moderación, claro y preferiblemente con protección solar.

Pues nada, aprovechando el buen tiempo y que el papi trabajaba, "Campanilla" y yo decidimos pasar la mañana en el parque, las dos solitas, en nuestro recién estrenado Día de Chicas.

Éste comenzó en el castillo hinchable, donde "Campanilla" me deleitó con una serie de saltos y extravagancias, acompañados de sus "mira mamá lo que hago", mientras revoloteaba de un lado al otro sin parar. Y mientras, yo, sin poder disimular mi tensión mandibular, cada vez que ésta se caía y pasaba cualquier niño por encima de ella, a lo Bruce Lee, temiendo cualquier golpe "mal dado" (como diría mi madre). De hecho yo sólo sabía mirar al dueño de la atracción con ojillos suplicantes, para ver si tocaba ya el silbato de "fin de trayecto" y así poder sacar a la niña de esa marabunta de niños saltarines y embrutecidos, luchando todos por subirse encima de una pelota hinchable que había en el centro del castillo.

Una vez pasada esta tensión, mientras yo me planté en un banco sin moverme a la viva imagen de la Dama de Baza, e intentando captar el máximo sol posible para conseguir disimular un poco mi blanco fantasmagórico, "Campanilla" hacía fluir sus dotes artísticas dibujando con sus nuevas tizas de Dora la Exploradora, una serie de frutas, hojas y flores picassianas en el suelo acolchado del parque.

Tras terminar su obra de arte y gastar 3 o 4 toallitas húmedas para limpiar el polverío multicolor que llevaba esparcido por  manos, ropas y botines, algo que hubiese llevado a su papi al borde del colapso, estuvo trepando, saltando, corriendo y haciendo toda clase de malabarismos, que con sólo mirarla, ya cansaba.

Y yo mientras....., pues......, ahí seguía, en mi banco, con un ojo puesto en la niña, temiendo cualquier descalabro y el otro en un balón que volaba detrás mía, amenazando con pegarme en la nuca en cualquier momento.

Y para terminar la faena por todo lo alto, después de tanto salto, voltereta y cabriolas (por parte de "Campanilla", por supuesto, porque yo del banco no me moví ni para esquivar un balonazo que me pasó rozando la oreja), decidimos terminar la jornada mañanera comiendo al solito en un bar, con nuestras interesantes conversaciones madre-hija de: "mamá, me he montado en burro en la granja escuela y no me ha dado miedo", "mamá, quiero que me pintes la cara con copitos de nieve, como si estuviera congelada y me pongas el vestido de Elsa" o "mamá, quiero que me pintes las uñas de rosa, pero del que se vea, eh?, no el clarito que no se nota nada"

Se echó de menos a papi, claro está, pero..... siempre gusta tener UN DIA DE CHICAS.