sábado, 28 de febrero de 2015

Bienvenidos al Reino de Arendelle!!!

Desde que la película Frozen apareció en nuestras vidas, nuestro ambiente familiar ha dado un giro de 120º. Hasta estoy pensando en no encender más la calefacción para que el frío nos haga meternos más en el papel (y oigan, dinero que me ahorro, todo hay que decirlo)

Nuestra vida en casa ronda en gran parte alrededor de esta película y de sus personajes, sobre todo de la Reina Elsa, que es la preferida de mi "pequeña Campanilla".

"Campanilla" dice que quiere ser como Elsa, e incluso hay veces, que la he pillado en el parque presentándose con ese nombre, en vez de con el suyo.

Y por no decir cuando se le mete entre ceja y ceja que la peine con una trenza rubia, siendo su color de pelo castaño. Afortunadamente, su papá consiguió solucionar este problema comprándole una trenza de Elsa que venía de regalo en una revista, la cual ha paseado ya por media ciudad (parques, cines, supermercados....). Está tan trillada de tanto uso, que hemos tenido que recomponerla ya varias veces. Vamos, que hasta estoy pensando en echarle una mascarilla y todo, para dejársela en condiciones, jajaja. Y hasta cortarle las puntas si fuera necesario, jeje. Esa trenza tiene que durar años!!!!. O por lo menos hasta que se le pase esta fiebre con los dichosos dibujos y empiece a tenerla con otros (ufff, miedito me da!!!).



En casa tenemos merchandising para todos los gustos: muñecos de todo tipo y tamaños, el peluche de Olaf, libros de lectura y colorear, puzles, bolígrafos, disfraz, platos, vasos....tooooodo proveniente del mágico mundo congelado del Reino de Arendelle.


Y esas interminables maratones de cine en casa?. Hasta 3 y 4 veces hemos podido ver la película en el día. Para deciros que podría hacer hasta el doblaje de todos los personajes de memoria, sin necesidad de guión.

Y por supuesto, no nos podemos olvidar de los maravillosos conciertos que nos montamos en casa a cualquier hora del día (que no la noche, eh?), con la famosísima y escuchadísima canción de Libre Soy (Let It Go), conciertos en los que reconozco, he participado muchas veces a grito "pelao", porque oigan, todo hay que decirlo, la canción mola bastante y después de escucharla tropecientas mil veces, acaba saliéndote ya casi por inercia.

Y ahí, pues nos ponemos las dos, en dueto, muy concentradas en emitir los menos gallos posibles (cosa totalmente imposible, no sólo en mi caso, si no también en la nueva aspirante a Elsa) y por supuesto, en dos o tres tonos más bajos a la versión original, porque una hará bien ciertas cosas, pero lo que es cantar.... Y mirad, hay veces hasta que nos arriesgamos y todo, y montamos un terceto, incorporando a "Terremoto", mi sobrino de dos años, que se vuelca en el estribillo que da gloria. El problema es que esto al final siempre acaba en pelea entre los dos.

Sé que muchos padres, abuelos, tíos.....se sentirán ahora muy identificados con lo que estoy contando, porque esta película de la Factoría Disney ha entrado como un bombazo en nuestras casas y ha arrasado entre peques y mayores.

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